31 de octubre de 2014

Somebody to love

Nada era tan fácil como nos habían hecho creer, aunque quizá a veces podía resultar un poco más llevadero. Los dos sabíamos que no era sencillo y que el futuro, fuera cual fuese, tampoco lo sería. Escuchábamos música francesa mientras hablábamos de cómo nos abrazaríamos en nuestra casa de Suiza. Esa casa que tan bien habíamos construido, en nuestra imaginación. Nuestro refugio cuando todo nos desbordaba,  donde acudíamos cuando nada iba bien. Pero no era a la casa dónde íbamos, era a los brazos del otro. 
Soñábamos sobre cómo nos acariciaríamos una vez juntos, sobre cómo sería todo, cómo serían todas nuestras primeras veces. Nadie lo sabía, nadie sabía siquiera si algún día llegarían a existir. Pero lo que nadie podía ni puede ni podrá dudar es que existieron en nuestro interior. Las recreábamos cada noche, cada mañana y cada madrugada. Compartíamos hasta el último aliento sin, en realidad, compartir nada. 
Un calor nos oprimía el pecho demasiado de vez en cuando y a veces la ficción parecía realidad.
Nos comprendíamos sin entendernos. Nos alimentábamos de palabras bonitas. Nos echábamos de menos como si alguna vez nos hubiésemos tenido. Llorábamos juntos sin estar juntos. Nos abrazábamos abrazando la oscuridad. Y reíamos como ríe quien llora, fuerte y sin parar. 
Y nos queríamos, el viento sabe que nos queríamos.
Cómo algo tan sencillo podía resultar tan complicado, cómo algo tan fuerte como el amor no podía vencer un par de horas en tren y algunas inseguridades. 
Los días pasaban y nada cambiaba.
La confianza crecía.
Nuestras ganas aumentaban.
Pero nada cambiaba.
Él era paz y confianza. Era presente. Era esperanza, era luz. Alguien con quien bailar Pulp, ver dramas y tumbarse sobre el suelo. Era alguien con quien escapar. Alguien de quien aprender. Era alguien con quien compartirlo todo; alguien que estaba sin estar, quien siempre me acompañaba. Y, sobre todo, era alguien a quien querer.
Al fin y al cabo era alguien con quien escuchar música francesa, quizá eso ya lo decía todo.

3 comentarios:

  1. Me encanta leerte porque lo haces tan dulce y a la vez tan sentido...
    Sin dudar "alguien con quien escuchar música francesa" lo dice todo. Qué jodido ese momento en el que hay ganas pero siempre nos puede el miedo. Quizá habría estado bien arriesgarse... Quizá nunca deberíamos dejar que existiera ese "quizá".

    El viento siempre lo sabe todo, pero tú, en el fondo, lo sabes incluso mejor.

    Lutz

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  2. Me encantaría describir a ese alguien de manera tan profunda como tú lo haces.
    Cada vez que vuelves no puedo evitar decirte que te echaba de menos.
    Espero poder volver a leerte pronto.
    Huyendo de noviembre en http://albordedetucama.blogspot.com.es/
    M.

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  3. Qué palabras tan bonitas.
    me encanta tu blog.
    Pasate por el mío(:
    pd: storiesthatmakemethink..blogspot.com.es

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Un blog sin comentarios es como un mar sin brisa marina.